28 de marzo de 2010

El engaño Hemingway

De Joe Haldeman ya había leído La guerra interminable y su continuación, Paz interminable, y esta vez le tocó el turno a El engaño Hemingway, novela ganadora de los prestigiosos premios Nébula y Hugo (ya no me deben de quedar muchas novelas ganadoras de esos premios ).

En 1922 el joven Ernest Hemingway, todavía una promesa en el mundo literario, pierde una maleta que contiene la única copia de su primera novela y de algunos de sus primeros relatos.

Casi ochenta años más tarde, John Baird es un profesor de literatura especializado en Hemingway cuya vida tiene curiosos paralelismos con la del famoso escritor: la experiencia más traumática de ambos fue la guerra, y los dos fueron heridos de forma similar.

Durante un viaje a Cuba con su esposa Lena, un estafador le propone falsificar los famosos manuscritos perdidos de Hemingway y prepare lo que, en definitiva, va a ser el engaño Hemingway.

Al principio John es bastante reacio, pero finalmente acaba involucrándose en el fraude. John posee una memoria perfecta, es incapaz de olvidar nada y recuerda a la perfección cada palabra de las obras de Hemingway, es por eso el candidato perfecto para llevar a cabo el engaño.

Pero ese engaño resulta ser un atentado grave a la historia de la literatura y, sorprendentemente, supone un involuntario y peligroso paseo de los protagonistas por una serie de universos paralelos.

En la novela aparecen unos misteriosos vigilantes que habitan en un lugar atemporal y cuya misión es salvaguardar el tejido del propio tiempo y evitar paradojas peligrosas. Cuando John está más metido que nunca en el engaño, uno de esos vigilantes se le aparece con la forma de Ernest Hemingway y lo mata, más adelante lo mata otra vez en otro universo, y luego otra vez...

Cambiando de universo en universo John comprende cuán poco influyen las decisiones personales y lo mucho que afecta el azar: por ejemplo, el punto donde le han herido exactamente durante la guerra.

Es interesante ver como en cada universo distinto, los personajes han cambiado ligeramente. Un efecto deliberado y con el que el autor juega para dotar de sentido a la obra. En el fondo esta historia acaba varias veces, y la exacta situación temporal pierde su sentido

John se miró en el espejo y trató de dar nombre a su nuevo o su viejo yo: John-uno, John-dos. Esas personas no existían. De repente había un hombre que había existido en dos universos separados y, en cierto modo, eso no era más profundo que haber vivido en dos casas separadas.

La diferencia era que nadie más sabe que hay más de una casa.

He de reconocer que a veces tanta paradoja me hizo perder un poco el hilo , pero en conjunto se trata de una entretenida y pulida novela, que a la vez que juega con situaciones típicas de la ciencia ficción como los viajes en el tiempo, constituye un homenaje a Hemingway y su obra.

Bikos e apertas

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